Se vende moneda. Un centén (100 escudos, aquí no siempre hubo euros o pesetas) de 7,15 centímetros (ya ves, ocupa la palma de la mano de una persona adulta) y 339,35 gramos, más que un buen filete, acuñada en 1609, en tiempos de Philippus III, es decir, Felipe III, uno de los últimos Austrias (luego vinieron Felipe IV y Carlos II, El Hechizado, con el que se acabó la dinastía, al no poder tener descendencia -la endogamia había provocado en este rey unas taras físicas y psíquicas evidentes- y de ahí se desembocó en la Guerra de Sucesión, de la que resultaron ganadores los partidarios del rey de origen francés, Felipe V, el que inició la actual dinastía de los Borbones, la que actualmente reina en España).
Verás que la moneda es de oro, y pesa mucho. En otros tiempos, los medios de pago debían tener valor intrínseco, valer en sí mismos. Para grandes pagos, habría que transportar muchas monedas de plata o de oro. Esta moneda es como nuestro billete de 500 euros de hoy: sólo para pagar algo de bastante valor.
Se subasta por 800.000 euros, esperando llegar al menos hasta los 2 millones de euros. Una subasta que quizás, como dice la noticia, no tenga parangón, ya que no sólo esta pieza de gran valor será subastada.
Puedes leer la noticia, de interés por su carácter único, en:
http://www.elpais.com/articulo/cultura/moneda/millones/euros/elpepucul/20091021elpepucul_2/Tes
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